Es una obra de danza que forma parte de «La Saga de la Memoria». Martín Izcua, director de la obra, explicó qué ideas dieron origen a la propuesta.
Izcua puntualizó que se aborda la deshumanización de las personas en plena dictadura, y que se utiliza la figura del «viejo de la bolsa» para referirse a los secuestros durante aquella época.