El delantero surgido en Atlético ingresó en el complemento en el empate del Xeneize ante Nacional de Potosí por Copa Sudamericana.
Daniel Zufiaurre, papa del goleador, se mostró feliz porque «siempre fue un sueño para él jugar en primera».
Iker llegó a Boca a los 12 años y pasó por momentos muy duros para hoy disfrutar de este presente, dijo su papá y agregó: «En un momento nos llamó para decirnos que nos extrañaba, pero que no quería volver».